Cementerio de La Recoleta


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Junín 1760 - Horario Lunes a Domingo de 7,00 a 17,45

El servicio fúnebre a través de los años

Crear una página dedicada a un cementerio, no solo implica recaudar información acerca de la historia y patrimonio del mismo, sino indagar todo lo referente al entorno de la muerte en sí.

Los pasos previos antes de llegar a la última morada son una serie de costumbres y rituales que merecen ser mencionados, para poder entender un poco más algunos conceptos en los cuales no se piensa habitualmente y sin embargo están presentes en todas las culturas, de maneras diferentes y es interesante conocerlos, porque en definitiva, la muerte también forma parte de la vida.

Para desentrañar algunos detalles que desconocíamos y con el objeto de poder compartir estas inquietudes con todos aquellos que se interesen por el tema, hemos entrevistado al señor Jorge Rispoli, quien fue gerente, durante 34 años, de una de las cocherías más importantes de la ciudad de Buenos Aires.

Comenzamos la entrevista enterándonos cómo surgió esta empresa familiar:

El señor Juan Perisse, vasco francés (bisabuelo de Jorge), llegó a nuestro país en las primeras décadas del siglo XIX y fue el fundador de la empresa Juan Perisse e Hijos en 1883. Posteriormente, al fallecer, continuó con uno de sus hijos, también llamado Juan y al morir un sobrino, Oscar Laffue, -de ahí la nueva razón social Perissé-Laffue -, se ocupó de la continuidad de la cochería hasta que en el año 1968 se hizo cargo Jorge, para quien no era fácil decir que trabajaba de funebrero.

Nos contó graciosas anécdotas de su juventud, cuando iba a bailar y las chicas le preguntaban de qué se ocupaba. Con el tiempo y sintiéndose orgulloso de seguir con esa tradición familiar, respondía con naturalidad "soy funebrero".

La charla, acerca de este tema que nadie quiere tocar, siguió en un clima muy agradable, y casi sin preguntar, nos fue dando claros conceptos.

Las cocherías se llamaban así porque en aquellos tiempos prácticamente no había autos y se alquilaban estos coches tirados por caballos para paseos y también para los servicios fúnebres, como coches de acompañamiento.
En la década del 60 existían 90 cocherías y en los años 80, ya eran alrededor de 300.

La empresa tenía 4 carruajes fúnebres de gran tamaño, 4 carrozas para trasportar las flores y 6 Landó (foto), con capacidad para 4 personas.

La cochería, que aún existe, aunque en manos de otros dueños, está situada en la avenida Entre Ríos e Independencia. Tiene 35 metros de frente por 60 de fondo.

Contaba con oficinas, un velatorio y las caballerizas que en aquel momento se las llamaba "pesebres", eran 50 boxes donde se guardaban los caballos Orlov, de color negro.

Los caballos Orlov (a) fueron una raza creada por los rusos. De pelaje negro, cruza de Hackney (b), que le da el movimiento elegante a las patas delanteras, la cabeza del árabe y otras razas que dieron como resultado este esbelto y elegante animal.

Era una tradición que la empresa no cobrara el sepelio de los niños, ya que sentían que no podían lucrar con la muerte de una criatura.

Los empleados eran capacitados para atender a los deudos con el respeto y cuidado que requiere una situación tan conmocionante como es la muerte de un familiar.

Los ataúdes se fabrican en su mayoría en el gran Buenos Aires y las calidades de los mismos radica en el estacionamiento de la madera, ya que los que se ubican en bóvedas, sufren mucho la amplitud térmica que se da entre el frío de la mañana y el calor de la tarde.

Si la madera no es buena, al contraerse y dilatarse por estos efectos, hacen que no resistan lo suficiente.

Las cajas metálicas que van adentro de las de madera (en los ataúdes que van a nichos o bóvedas) deben ser de chapa de hierro galvanizado del 24 (indica espesor) revestida por dentro con pintura asfáltica o plástica, por reglamentación municipal, para que no se produzcan picaduras y pérdidas posteriores.
Estos féretros suelen tener en las tapas, una válvula o a veces dos, para neutralizar los gases que despiden los cuerpos sin vida. Llevan un litro de formol diluido, los gases ingresan y al pasar por el formol salen neutralizados evitando olores desagradables.

Un secretito: para neutralizar el olor de un cadáver que es velado durante varias horas, se le coloca café recién molido en el féretro, ya que tiene gran poder de absorción de aromas.

Consultamos al señor Rispoli acerca de la catalepsia y nos respondió que no hubo ningún caso comprobado de personas que fueran sepultadas en estado cataléptico.

Inventor de los coches fúnebres azules

En la década del 70, la embajada de Estados Unidos vendía 5 camionetas rurales de la marca Chevrolet, de 9 asientos, con muy pocos kilómetros y dos años de antigüedad.

A quien comprara las 5 se le hacía mejor precio y después de acordarlo en familia, Jorge decidió adquirirlas y destinar 2 para coche fúnebre y 3 para llevar flores.

Las camionetas eran de color azul oscuro y Jorge pensó: "por qué no dejarlas de ese color y modernizar nuestro servicio con esta innovación", por lo cual, decidió probar y ver si este nuevo servicio tenía aceptación.

El color negro estaba más asociado con la muerte y el luto.

El tema era que los remises que transportaban a los deudos seguían siendo negros, entonces ofreció a los remiseros pintar sus autos de ese mismo tono, garantizándoles trabajar exclusivamente para su empresa, con la condición de que si este servicio no funcionaba, la empresa se haría cargo de volver a pintarlos de negro.

Los vehículos de la marca Ford Fairlane fueron pintados de azul y se comenzó a ofrecer este servicio más moderno, teniendo gran aceptación.

El dueño de otra importante cochería, amigo del señor Rispoli, consideró que era una locura esta innovación, pero después de ver los resultados, fue el segundo en adoptar ese color.

Agradecemos muchísimo el invalorable aporte de Jorge, quien aceptó con toda generosidad compartir con nosotros sus conocimientos y su experiencia de vida.

Texto: Susana Espósito - Foto entrevista: Luis Leoz


(a) Orlov

Un trotador Orlov ideal combina porte, constitución ligera y potente, y elegancia general basada en la calidad de sus proporciones. Las patas son finas y rectas con perfecto desarrollo muscular. En Rusia se utiliza para las troikas, método de enganche de tres caballos, siendo el de en medio el que avanza a trote ligero, mientras que los de los extremos doblan hacia fuera, obligados por la tensión de las riendas.

Es una de las razas más antiguas y populares de Rusia. Creado en 1777 por el conde Alexis Orlov Tchestmensky, a partir del árabe puro de Smetanka, apareado con una yegua de tiro danesa. De esta cruza nace el garañón Polkan, que en 1784 engendró a Barss, cuya madre fue una yegua holandesa de vigorosa conformación. Los trotadores Orlov descienden de los tres hijos de Barss; Lubeznoy, Dobroy y Lebed.

La cabeza del trotador Orlov es bastante pequeña con apariencia tosca pese influencia árabe. La frente es ancha y las orejas grandes, con ojos vivos e inteligentes, el cuello es largo y está situado a una altura considerable sobre las espaldas siendo éste uno de los rasgos mas importantes de esta raza. Las extremidades son demasiado largas y el diámetro de la caña, no debe ser inferior a los 20 cm., de acuerdo a las exigencias oficiales de esta raza.

Tienen una alzada de entre 1.60 y 1.65 cm.


(b)Hackney

Es una raza Británica muy conocida por su excelente trote elevado. Fue desarrollada en el siglo XVIII a partir de los trotones de Norfolk y Yorkshire. La invención del ferrocarril sustituyó el trabajo realizado por muchos trotones, sin embargo, la Hackney Horse Society acudió con presteza a su rescate y los Hackneys, denominación con la que se los conocía, son en la actualidad muy populares como caballos de ocio.

Poseen la cabeza ligeramente convexa (curvada hacia afuera), orejas pequeñas, ojos grandes y un hocico de tamaño reducido. El cuello es largo y bien formado y el cuerpo es compacto. La cola está bien insertada y el pelo es sedoso.

Los ponis tienen una alzada de hasta 1,48 metros y los caballos, una alzada superior.

El pelaje es castaño oscuro y alazán.

Los Hackney son muy fogosos, con un trote espectacular, levantan notablemente las patas delanteras

Debido a su estampa y gracilidad, son famosos en la pista de exhibición como caballos de competición en la modalidad de enganche.

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